Lic. José Pardo
Los ámbitos educativo y social son dos escenarios que históricamente estuvieron en tensión dado que la institución escolar se erigió bajo un modelo institucional enciclopedista, que se reconocía como la casa del saber y por tanto dejaba de lado lo que sucedía en la sociedad; por su parte la sociedad, identificaba a la escuela como la institución de la cual debían sucederse las transformaciones del espíritu nacional, por lo menos en los sectores sociales tendientes a ocupar las capas medias y altas de la sociedad y por tanto las instituciones del Estado.
Esta tensión encuentra un punto de inflexión en el momento en que la sociedad en su conjunto y especialmente los sectores vulnerados en derechos históricamente, están increpando a la institución escolar con demandas de socialización, democratización, y desarrollo(*) cada vez más frecuentes que obligan a toda institución educativa a desbordar su condición educativa y constituirse en una institución socioeducativa con lo que ello plantea.
¿De qué se trata el trabajo socioeducativo?
Se entiendo hoy como un enfoque que integra al abordaje educativo una impronta social, es decir, contextualiza, politiza, corporiza al sujeto que se educa en relación a sus necesidades, condiciones y entorno, de manera que sus formas y manera de vincularse en los proceso educativos son intervenidas y acompañadas buscando comprender la red de vínculos, lazos y tensiones que lo componen en tanto sujeto y que pueden tener incidencia en tal o cual problemática educativa, dado que esta puede no ser, en efecto, la causa sino la consecuencia de alguna dificultad en el orden familiar, afectivo, o contextual –comunitario, habitacional, económico etc.-
Con base en lo anterior, el abordaje familiar desde el trabajo socio educativo es un elemento clave porque, en primer lugar, reconoce a la familia como el escenario de socialización primario de la primera infancia, aun cuando la institucionalización del cuidado y de la educación estén impactando fuertemente en este periodo de la vida, y en segundo lugar, se propone brindar acompañamiento, contención y apoyo a la familia porque entiende que esta hace parte indisoluble del desarrollo integral -psicomotor, afectivo, cognitivo, ético, espiritual- del niño/a y por tanto su bienestar impactara inmediatamente en el bienestar del niño/a.
¿Cómo se desarrolla el abordaje socioeducativo a la familia desde una institución socioeducativa?
Requiere en principio de amparado en un enfoque de derechos de la primera infancia dado que son las necesidades, problemáticas y potencialidades del niño/a las que deben ser el centro del planteamiento educativo.
En segundo término debe contemplarse un equipo profesional de corte interdisciplinario que cuente con la formación necesaria y actualizada en cada área -la educación, el trabajo social, la psicología, la psicomotricidad, la psicopedagogía, e incluso profesiones a fin que complementan o explorar nuevas dimensiones de la intervención social educativa, la socióloga, la antropología, las ciencias del arte etc. para brindar un acompañamiento profesional apropiado en relación a los objetivos propuestos.
Finalmente, el abordaje debe estar acompañado de un tratamiento interinstitucional con lo cual, el trabajo debe ser construido en red, tanto como se pueda, en la medida en que sabemos que las instituciones y equipos tiene sus límites, en relación a recursos materiales y simbólicos, por tanto, hay que a trabajar en red de manera que se potencien los recursos y capacidades con el fin de realizar acompañamiento oportuno y efectivo a las familias.