Las infecciones respiratorias constituyen durante el invierno, el principal motivo de consulta médica en los niños menores de cinco años. También son el principal motivo de internación y la segunda causa de mortalidad entre los menores de dos.
La primera infancia es una etapa con mayor riesgo para estas enfermedades por las características naturales de la vía aérea y del sistema inmune. Además, los niños y niñas que concurren a centros de cuidado infantil presentan una probabilidad mayor de contagiarse por el contacto frecuente y cercano con otros niños y por las limitaciones para el autocuidado que son propias de la edad.
Sumado al hecho de que estos cuadros pueden complicarse, y de lo que la enfermedad implica no solamente como interrupción en las actividades cotidianas del niño o niña, sino de los contratiempos para la familia, para muchas de estas infecciones no existe un tratamiento específico efectivo. Es en este punto entonces en el que cobra relevancia todo lo que desde los ámbitos de cuidado podemos hacer para prevenir la diseminación de infecciones considerando que cada niño y niña tiene derecho a disfrutar del máximo nivel posible de salud.
A continuación se delinean medidas de probada utilidad y simple aplicación que permiten cortar la cadena de transmisión de estas enfermedades y así lograr disminuir no solamente la proporción de niños y niñas que se enferman, sino también los que se enferman gravemente.