Prevención de infecciones respiratorias

Las infecciones respiratorias constituyen durante el invierno, el principal motivo de consulta médica en los niños menores de cinco años. También son el principal motivo de internación y la segunda causa de mortalidad entre los menores de dos.
La primera infancia es una etapa con mayor riesgo para estas enfermedades por las características naturales de la vía aérea y del sistema inmune. Además, los niños y niñas que concurren a centros de cuidado infantil presentan una probabilidad mayor de contagiarse por el contacto frecuente y cercano con otros niños y por las limitaciones para el autocuidado que son propias de la edad.
Sumado al hecho de que estos cuadros pueden complicarse, y de lo que la enfermedad implica no solamente como interrupción en las actividades cotidianas del niño o niña, sino de los contratiempos para la familia, para muchas de estas infecciones no existe un tratamiento específico efectivo. Es en este punto entonces en el que cobra relevancia todo lo que desde los ámbitos de cuidado podemos hacer para prevenir la diseminación de infecciones considerando que cada niño y niña tiene derecho a disfrutar del máximo nivel posible de salud.
A continuación se delinean medidas de probada utilidad y simple aplicación que permiten cortar la cadena de transmisión de estas enfermedades y así lograr disminuir no solamente la proporción de niños y niñas que se enferman, sino también los que se enferman gravemente.

Las medidas que podemos tomar son:

  • Promover y facilitar la vacunación de acuerdo al Calendario Nacional de Vacunas, no solamente entre los niños y niñas, sino también entre las familias y el personal del centro, ya que todos podemos transmitir las infecciones y también podemos enfermarnos.
  • Promover en forma concreta la lactancia materna, ofreciendo explícitamente a las madres la posibilidad de amamantar en un lugar del centro y recibiendo leche materna para darle al niño o niña en ausencia de su mamá.
  • Higiene de manos con agua y jabón líquido. Secado con papel descartable. Esta medida, aplicada en forma frecuente y constante es sumamente efectiva. Debemos recordar que todos, grandes y pequeños, debemos lavarnos las manos al menos al llegar, al irnos, antes de comer, luego de cambiar pañales y de ir al baño.
  • Higiene de secreciones nasales con pañuelos descartables (o rollo de papel) y lavado posterior de manos.
  • La limpieza diaria del ambiente y sus elementos con productos simples como detergente y lavandina son suficientes para eliminar gérmenes. No son necesarios ni convenientes los aerosoles u otros desinfectantes. Además del baño, cambiador y cocina, debemos priorizar la limpieza de aquellos elementos que tocamos muchas personas, todos los días (por ej. picaportes), pues ellos son realmente los más sucios. Los ambientes deben ventilarse diariamente.
  • Medidas físicas que “alejan” a quienes podrían contagiar. En otras palabras, tanto niños y niñas como adultos que están enfermos, aunque no estén graves, no deben concurrir al centro de cuidado, ya que este es el mejor aporte para ayudar a que otros no se enfermen.

Te invitamos a conocer más detalles sobre este tema haciendo click en este enlace o sobre el libro.

Para compartirlo, puede descargar este spot haciendo click sobre la imagen.

Estas son las medidas claves que podés aplicar en el centro de cuidado infantil. Y no olvidar que como educadores, las familias confían plenamente en nosotros, por lo que hay una oportunidad valiosa para comunicarles y promover también con ellas las medidas de prevención.

/* ]]> */